viernes, 22 de abril de 2011

Lengua-Literatura

Creemos, no sin temor a equivocarnos, que el aprendizaje de la lengua y de la literatura en forma conjunta conllevara a un mejor aprendizaje de ambas disciplinas, razón por la cual proponemos un enfoque ligado en el que se pretende trabajar la lengua en base a la literatura y viceversa. Para esto se tiene que realizar un arduo trabajo por parte de los docentes puesto que la relación es inexistente ahora, sin embargo hay que enfatizar que en ningún punto es sencilla la tarea del profesor. Somos consientes de que un cambio como este requiere de años, de décadas para aplicarse en forma real y más tiempo aún para comprobar que sea eficaz, aun así, creemos que tendrá éxito porque habrá una analogía natural en el proceso de aprendizaje.
Para llevar a cabo todo lo anterior se requiere no solo de esfuerzo y constancia, sino también de conocimiento de las materias así como una constante actualización por parte de los maestros, especialmente porque en estos momentos suena extraña y tal vez inexistente el enlace con el que se debe trabajar la lengua y la literatura. No se pretende hacer en el presente trabajo una guía de recomendaciones puntuales o pasos a seguir para realizar en el aula correctamente la enseñanza de ambas materias, aun así pretendemos que este esbozo de relación quede claro como para llevarlo a la practica en los salones.
Partiendo de que no se puede hacer un cambio de la nada, recomendamos comenzar con pequeños ejercicios que vinculen las disciplinas porque de esta manera el docente y los alumnos se irán familiarizando con la práctica de este nuevo elemento de la clase. En estos inicios los ejercicios pueden ser tan sencillos como la identificación de nuevas palabras en textos, de lo cual se puede pasar a la clasificación de las mismas en las categorías gramaticales y de esta forma regresar al texto para observar como las categorías gramaticales afectan de distintas formas la producción literaria.
En un segundo paso de esta transformación, cuando el profesor tenga la suficiente información recabada de sus alumnos a modo de prueba y error, se puede empezar a trabajar con algunos temas un poco más complicados, como puede ser el análisis estructural del texto (o cualquier otro tipo de análisis literario) a partir de la composición lingüística que esté presente. Y finalmente, yendo a una indagación más profunda del texto se puede llegar incluso a una identificación de jergas, de registros distintos de un personaje o de funciones lingüísticas, por ejemplo.

BIBLIOGRAFÍA:

Beristáin, Elena (2006). Diccionario de retórica y poética. México: Porrúa.


* Gaby

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